El aislamiento térmico es un tema fundamental que afecta directamente a la habitabilidad de las viviendas. Si vives en una construcción un poco antigua es muy probable que el aislamiento no sea perfecto y que, sin darte cuenta, estés sufriendo los efectos de un puente térmico en tu fachada. Los puentes térmicos son uno de los responsables de las pérdidas energéticas de un edificio, por lo que resulta fundamental evitarlos en viviendas de nueva construcción y detectarlos y corregirlos en aquellas ya existentes.
Un puente térmico no es más que una zona de la fachada donde es más fácil que se produzca un traspaso de temperatura desde el exterior al interior, ya sea en forma de frío o calor. Se producen en lugares de encuentro de materiales que tienen diferente conductividad térmica o bien por defectos estructurales o un aislamiento deficiente o en mal estado.
Los puentes térmicos son uno de los principales causantes de la pérdida de energía de un edificio (en hasta un 30%) y pueden acarrear importantes problemas de condensación, humedades o moho debido a la diferencia de temperatura que se da entre los materiales que están en contacto. Por ello es importante saber evitarlos desde el principio en nuevas construcciones y, en edificios más antiguos, detectarlos y aplicar medidas para eliminarlos.
Los puentes térmicos pueden clasificarse en función de sus causas. De esta forma nos encontramos con tres tipos:
Una de las formas más básicas de detectar puentes térmicos es a ojo. Hay lugares susceptibles de ser puentes térmicos, como es el caso de ventanas y cajas de persiana, y en muchos casos será suficiente poner nuestra mano sobre la superficie del material para detectar el cambio de temperatura que señaliza un puente térmico. También podemos localizarlos con nuestra vista: encontrar humedades, moho o condensación suele ser síntoma de que quizá tengamos un puente térmico en esa zona.
Para los casos menos evidentes (y también para confirmar los más visibles) deberemos realizar una termografía, una imagen captada con cámaras sensibles al calor capaces de mostrar aquellos puntos por donde una vivienda está perdiendo calor.
Una vez detectados todos los puentes térmicos llega el momento de ponerles solución con un buen aislante térmico. Es lo que se denomina rotura de puente térmico, porque acabamos con la conductividad que se produce entre el exterior y el interior de la edificación. Si no quieres recurrir a costosas obras en Effihaus te recomendamos el insuflado de lana mineral, una técnica sencilla, económica y ecológica que te proporcionará los mejores resultados. Pregúntanos sin compromiso y empieza a reducir el consumo energético de tu vivienda acabando con los puentes térmicos.